La evaluación formativa en la práctica. Estrategias para implementarla en el día a día del aula.

La evaluación formativa se ha convertido en una pieza clave de los nuevos enfoques educativos, ya que permite orientar y mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje mientras tiene lugar. Pero ¿cómo podemos integrarla en nuestra práctica docente diaria? Te damos las claves con estas estrategias para hacer de la evaluación formativa un hábito.

Índice
  1. ¿En qué consiste la evaluación formativa?
    1. Sus características principales son:
  2. Estrategias para integrarla progresivamente en el día a día del aula.
    1. Plantea preguntas abiertas frecuentemente
    2. Revisa cuadernos y tareas con feedback orientador
    3. Dedica tiempo a la autoevaluación guiada
    4. Evalúa competencias con tareas auténticas
    5. Usa la coevaluación para compartir aprendizajes
    6. Haz un uso intencionado de los resultados

¿En qué consiste la evaluación formativa?

La evaluación formativa tiene como objetivo identificar el progreso de cada alumno para detectar sus necesidades específicas y así poder ajustar nuestra práctica docente. Se trata de un proceso continuo que nos aporta información para tomar decisiones pedagógicas personalizadas.

Sus características principales son:

  • Se centra en el proceso de aprendizaje, no solo en los resultados.
  • Evalúa competencias y desempeños, no solo conceptos.
  • Es interactiva y compartida entre profesor y alumnos.
  • Proporciona feedback descriptivo y a tiempo para mejorar.
  • Promueve la autoevaluación y la metacognición en el alumno.

Estrategias para integrarla progresivamente en el día a día del aula.

Plantea preguntas abiertas frecuentemente

Las preguntas que promueven la reflexión y el pensamiento crítico son una potente herramienta formativa. Para incluirlas en tu rutina de aula, puedes:

  • Comenzar las clases planteando preguntas sobre contenidos previos relevantes.
  • Lanzar preguntas abiertas tras cada explicación: ¿qué os ha sorprendido?, ¿qué dudas tenéis?
  • Pedir a los alumnos que reformulen con sus palabras lo explicado.
  • Antes de cambiar de tema, hacer resúmenes orales por parte de alumnos distintos.

Revisa cuadernos y tareas con feedback orientador

Aprovecha la revisión de tareas y cuadernos para dar comentarios que ayuden a progresar. Centra la atención en:

  • Destacar los puntos fuertes primero, luego los débiles sobre los que trabajar.
  • Formular preguntas que lleven al alumno a reflexionar y encontrarse con sus propios errores.
  • Usar expressions de refuerzo positivo por el esfuerzo.
  • Añadir recomendaciones personalizadas.

Dedica tiempo a la autoevaluación guiada

La autoevaluación desarrolla la metacognición y el aprendizaje autónomo. Para implementarla:

  • Establece unos minutos al final de la clase para que realicen su autoevaluación por escrito haciéndose preguntas clave.
  • Utiliza rutinas pensadas como "Qué he aprendido hoy/ esta semana", "Lo más importante ha sido..."
  • Proporciona guías con indicadores para que comparen sus producciones y evolución.
  • Comparte ejemplos de autoevaluaciones modelo.

Evalúa competencias con tareas auténticas

Diseña tareas, proyectos o problemas complejos vinculados al mundo real que permitan al alumno mostrar en la práctica lo que sabe y sabe hacer. Esto te dará una visión formativa de su nivel de desempeño.

Usa la coevaluación para compartir aprendizajes

Con la coevaluación, los alumnos también participan en la evaluación de sus compañeros de un modo orientado al aprendizaje. Para llevarla al aula:

  • Establece criterios de evaluación junto a los alumnos.
  • Utiliza rúbricas que orienten la observación y valoración de trabajos, exposiciones orales, etc.
  • Alterna la coevaluación individual, en parejas o en grupos.
  • Crea espacios de puesta en común para compartir lo aprendido tras la coevaluación.

Haz un uso intencionado de los resultados

Utiliza los datos recogidos en el proceso formativo para tomar decisiones pedagógicas personalizadas.

  • Si detectas lagunas en un alumno o grupo, vuelve a trabajar ese contenido con nuevas estrategias.
  • Si has comprobado que una actividad no ha funcionado, replantéala antes del examen sumativo.
  • Si un alumno destaca en algún desempeño, implícale como apoyo para sus compañeros.

En definitiva, la evaluación formativa nos permite conocer mejor a nuestros alumnos para ayudarles a progresar.Requiere planificación y reflexión constante sobre nuestra práctica, pero sin duda reportará grandes beneficios tanto a nivel individual como grupal. ¡Poco a poco se convertirá en un hábito que mejore el aprendizaje!

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