El Tabú de las Programaciones Didácticas: La Realidad que Nadie Quiere Ver
La elaboración de programaciones didácticas se ha convertido en un tema tabú entre los docentes. Es una cuestión de la que se habla en privado, pero que rara vez se aborda públicamente. Este artículo pretende arrojar luz sobre este problema, que se agrava debido a varios factores, incluidos los constantes cambios en las leyes educativas y la saturación burocrática a la que están sometidos los profesores.
Un Contexto de Cambios Constantes
España ha aprobado ocho leyes educativas en 40 años de democracia. Cada gobierno ha implementado su propia normativa, a menudo antes de que la anterior, de distinto signo político, se hubiera aplicado por completo. Desde la LOECE de 1980 hasta la LOMLOE o "ley Celaá", que entró en vigor en el curso 2021-2022, esta sopa de siglas ha repercutido negativamente en la calidad de la enseñanza, según advierten los expertos en educación.
Detrás de esta incapacidad para alcanzar un Pacto por la Educación que dé estabilidad al marco normativo está, según los especialistas, el uso que los partidos mayoritarios, PP y PSOE, hacen de la educación para diferenciarse del contrario y atraer a sus electores. Esta confrontación política prioriza la disputa sobre el diálogo y el consenso, lo que resulta en un costo no solo social, sino también económico.
Desde 1990, cuando la LOGSE sustituyó a la antigua EGB y el viejo BUP por Primaria, ESO y Bachillerato, la estructura de los cursos ha permanecido estable, pero se han modificado otros aspectos. Estos incluyen las normativas sobre centros concertados, las asignaturas de Religión y Educación para la Ciudadanía, y el porcentaje de materias que fija el Ministerio en las comunidades con lengua cooficial, que recientemente se ha reducido del 55% al 50%.
Actualmente, además de la ley Celaá, están en vigor, aunque con modificaciones, otras dos leyes aprobadas por el PSOE: la Ley Orgánica Reguladora del Derecho a la Educación (LODE) de 1985 y la Ley Orgánica de la Educación (LOE) de 2006. Las dos leyes aprobadas por el PP en 2002 y 2013 están derogadas, pero ha habido otras tres normas más en democracia.
La Sobrecarga Burocrática
La evidencia del problema de la burocracia en el sistema educativo ha crecido, y actualmente, incluso la administración empieza a reconocerlo. Algunas comunidades han promovido la creación de grupos de debate para encontrar soluciones que contribuyan a la desburocratización del sistema educativo.
Las tareas docentes en los centros educativos tienden a generar una multitud de actas e informes, cuya cumplimentación interfiere con la dedicación a la labor esencial de la profesión: enseñar. Muchos docentes se desmotivan al no poder realizar adecuadamente su trabajo debido a la sobrecarga burocrática. Esta situación, común en todas las comunidades autónomas, requiere urgentemente un cambio en el modelo actual. Es necesario garantizar que los docentes puedan dedicarse principalmente a la docencia, dejando las tareas administrativas al personal especializado.
El descontento creciente de los docentes ante las nuevas cargas burocráticas ha evolucionado hacia un clima general de malestar en los centros educativos. Mientras la sociedad exige cada vez más del profesorado, las administraciones no proporcionan los recursos y tiempo necesarios para afrontar las nuevas exigencias. Además de la tarea docente, los profesores deben lidiar con nuevas obligaciones organizativas, de coordinación y de participación en programas, sin el horario necesario para ello.
Hoy en día, el profesorado percibe la burocracia no solo como una acumulación de trabajo administrativo, sino también como un conjunto de tareas docentes que se pueden clasificar en cuatro grandes bloques:
- Diseño, planificación y evaluación de la enseñanza.
- Gestión del centro, del profesorado y del alumnado.
- Equipos de coordinación.
- Relación con la comunidad.
La Realidad de las Programaciones Didácticas
La falta de tiempo real para elaborar nuevas programaciones ha llevado a los profesores a recurrir a diversas estrategias, algunas de ellas cuestionables. Entre estas prácticas se encuentran copiar las programaciones proporcionadas por las editoriales, utilizar programaciones desfasadas cambiando solo el año o desconocer la normativa actual, lo que resulta en programaciones mal hechas. Sin embargo, debido a la presión de las administraciones y el temor a las inspecciones educativas, los profesores hacen lo que pueden para cumplir con los requisitos.
Esta situación no solo afecta a la calidad de la enseñanza, sino que también genera una gran frustración y estrés entre los docentes. La verdad es que, aunque todos en la comunidad educativa son conscientes de estos problemas, pocos se atreven a hablar abiertamente de ellos. Es un tema que se discute en privado, pero que rara vez se aborda en público.
Posibles Soluciones
Para abordar este problema, es fundamental tomar varias medidas que permitan a los docentes centrarse en su labor principal: enseñar. Algunas propuestas incluyen:
- Reducción de la Carga Burocrática: Simplificar los procedimientos administrativos y delegar la mayor parte de las tareas burocráticas a personal especializado, permitiendo a los docentes dedicar más tiempo a la enseñanza y preparación de clases.
- Formación y Actualización: Ofrecer formación continua a los docentes sobre las nuevas leyes educativas y cómo implementarlas de manera efectiva, asegurando que estén al día con los cambios normativos.
- Estabilidad Legislativa: Promover un Pacto por la Educación que garantice la estabilidad del marco normativo a largo plazo, evitando cambios constantes que generan incertidumbre y complican la labor docente.
- Recursos y Apoyo: Proporcionar los recursos necesarios y apoyo a los centros educativos para que puedan adaptarse a las nuevas normativas sin sobrecargar a los docentes con tareas adicionales.
- Canales de Comunicación Abiertos: Establecer canales de comunicación eficaces entre la administración y los docentes, para que estos puedan expresar sus inquietudes y sugerencias, y participar activamente en la toma de decisiones.
Conclusión
El problema de la elaboración de las programaciones didácticas es una realidad que todos los docentes conocen, pero de la que pocos se atreven a hablar abiertamente. Los constantes cambios en las leyes educativas y la sobrecarga burocrática están afectando negativamente a la calidad de la enseñanza y al bienestar de los docentes. Es hora de abordar este tema con seriedad y buscar soluciones que permitan a los profesores centrarse en lo que realmente importa: la educación de los estudiantes.
Para mejorar la situación, es fundamental reducir la carga burocrática, ofrecer formación continua, promover la estabilidad legislativa, proporcionar los recursos necesarios y establecer canales de comunicación abiertos. Solo así podremos garantizar una educación de calidad y un entorno de trabajo adecuado para los docentes.
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